miércoles, 16 de febrero de 2011

Escenas

Sabe el MSV como acabará todo esto, pero llegue o no la revolución de los dieciocho días a buen puerto los egipcios ya han dejado algunas imágenes para el recuerdo, como aquel joven que se enfrentó en solitario a una columna de tanques cerca de la plaza Tian'anmen. O las muchachas que dejaron sus claveles en los fusiles de los soldados un 25 de abril à sombra duma azinheira.

Faltaba ya poco para que Mubarak tirara la toalla cuando grupos de manifestantes en El Cairo se dirigieron hacia el palacio presidencial, protegido por unos tanques, algunos soldados y una alambrada. Siguiendo el manual clásico de control de vagos y maleantes los tanques tenían enfilada con sus cañones la avenida que llegaba al palacio, listos para dispersar a cañonazos a la multitud. Al llegar al vallado unas mujeres increparon a un coronel tanquista reprochandole que defendiera a un tirano contra el pueblo. El coronel - y a mi qué me cuenta, señora, yo soy un mandao - intentó contemporizar, afirmando que Mubarak ya estaba como mínimo en Sharm el-Sheikh, y eso si no había seguido corriendo. Cuando unos jóvenes comenzaron a sacudir la alambrada retrocedió a la carrera a su tanque. En Tian'anmen los soldados tiraron contra los manifestantes, provocando cientos de muertos. Aquí, a una, los tanques desviaron sus cañones...

Unos días antes, grupos - espontáneos, obviamente...- favorables al presidente Mubarak estaban hostigando a los manifestantes de la plaza Tahrir. El viernes, durante la oración, para prevenir otro de los ataques a pedradas que se estaban poniendo rápidamente de moda, los cristianos formaron una cadena humana alrededor de los orantes. Unas semanas antes, después de algunos ataques a coptos, grupos de musulmanes acudieron el domingo a las iglesias para proteger a sus vecinos. Luego que si la violencia sectaria y si la abuela fuma...