lunes, 9 de febrero de 2015

Venganza

Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio. Y sabrá en ese mismo instante que fui yo quien recogió las cuerdas lo suficiente como para dejarlas fuera de su alcance. Que pagará, culpable, con su vida. Espero que en el momento en el que quede suspendida en el aire, inalcanzable el resto de su vida, pueda ver mis ojos. Y que lea en ellos, y se lleve con ella el recuerdo de que siempre supe.

Aburrimiento

Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio. Dibujaré al pobre trapecista cayendo al vacío del ejercicio inferior, el de calcular el volumen de un cilindro. Ya veremos, a lo mejor se lo lleno de agua. O de pirañas. Depende de lo aburrido que esté el resto del examen.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Y fin

No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde. Buena comida, buena bebida, buena compañía… Lástima de la música, pero sin tener electricidad no parecía una buena idea. Podíamos haber traído unas baterías, pero parecía mucho trabajo para tan poco tiempo, y subirlas hasta aquí arriba nos daba pereza. Porque buena vista tenemos, ¿eh? Desde esta terraza lo vamos a ver todo genial cuando suenen las trompetas, aparezcan los cuatro jinetes y todo se vaya a la mierda. No todos los días llega el fin del mundo.